Los fantasmas de la casa
Autor: Branco Pérez
Hace un
tiempo atrás estuve en una hacienda muy gigante donde habían miles de uvas y
manzanas, la casa era gigante donde nos quedamos con Julián y Eduardo, el día
que llegamos nos recibieron muy bien, en la noche nos quedamos dormidos hasta
que en un lugar de la casa empezaron a escucharse gritos muy extraños.
Julián fue a ver que sucedía, nos dijo que no
había nadie, entonces estamos solos en la casa dijo Eduardo, si estamos solos
dijo Julián, entonces nos fuimos a dormir de nuevo y cuando estábamos por
quedarnos dormidos empezaron de nuevo esos ruidos extraños, pero ahora fue
Eduardo a ver que sucedía, Eduardo empezó a gritar Julián y yo corrimos a ver
qué le sucedía el estaba en la escalera de la casa botado gritando, nos decía
que unos fantasmas le pegaron lo llevamos a la habitación, para que se calmara fuimos con Julián a buscar
algo para comer llegamos a la cocina estaba todo botado era un gran desastre,
en medio encontramos unas galletas y las llevamos a la habitación. Cuando
llegamos a la habitación Eduardo no estaba ahí, empezamos a buscarlo por toda
la casa pero no estaba, fuimos a
buscarlo afuera, ahí encontramos unas huellas de zapatos y las empezamos a
seguir hasta que llegamos a una pequeña casa la puerta estaba abierta, entramos
y empezamos a buscar a Eduardo, pero no estaba, encontramos la puerta trasera
abierta de nuevo aparecieron las huellas, las seguimos hasta llegar a una
especie de bunker, entramos y encontramos a Eduardo estaba amarrado y dormido,
lo despertamos nos dijo que nos fuéramos o nos iban a secuestrar los fantasmas,
salimos del bunker corrimos hacia la casa, llegamos y estaba todo ordenado y
nos encontramos con dos señores extraños, nos dijeron que quienes éramos
nosotros les dijimos que éramos visitantes, nos dijeron que fuéramos a nuestras
habitaciones, y empezamos a recordar que en el living de la casa habían unas fotos de los dos hombres y ahí nos dimos
cuenta de que estaban fallecidos los dos hombres.
Corrimos de nuevo fuera de la casona, fuimos a
rescatar a Eduardo y salimos lo más rápido que pudimos de la hacienda.
Cuando contamos lo que nos había pasado todos
quedaron muy extrañados, hacia mucho tiempo que esa hacienda estaba abandonada.
Nunca supimos realmente lo
que sucedió esa noche, pero no lo queremos repetir
Fin
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